La JMJ de Lisboa, ha sido una gran experiencia para mi vida, como sacerdote recién ordenado. Fui con un grupo de jóvenes de la Gomera, al que nos unimos con toda la diócesis de Canarias, y la verdad que compartir con ellos esta aventura, ha sido un regalo. Había escuchado que se juntaban muchas personas, pero experimentarlo, es otra cosa, ver tantas y tantas personas, de distintos lugares, a las que que nos unía lo mismo, ha sido una experiencia de Iglesia Universal para mi vida, y lo más importante, es que formamos parte de ella.
Los encuentros con el Papa Francisco, fueron otro gran regalo del Señor; el primer día nos dijo: «El amor de Dios no es programado, es por sorpresa» y eso me ayudó a querer seguir descubriendo ese amor, en el día a día, y también, ayudar a otros a descubrir, cómo el Señor les ama. Otra gran experiencia, también fue la noche de la vigilia, cuando salió el Santísimo y todo el recinto guardó un silencio profundo, fue algo increíble. Doy gracias a Dios, por este gran regalo de la JMJ, me ha ayudado a descubrir un pueblo de Dios, que está deseando caminar y llevar a otros, este gran regalo, que es el Amor de Dios por cada uno de nosotros.
Confirman su fe y renuevan su compromiso cristiano de amor y bondad
Cada vez que termina un curso de catequesis de Confirmación, salgo contento, pero con la idea que no ha sido suficiente para estos chicos, es entonces cuando tengo conciencia de que, el que construye es Otro, quizás yo no vea lo que ha ocurrido en algunos de ellos en...