La indulgencia es un acto de gracia extraordinario de Dios hacia los seres humanos en su condición de pecadores, es decir, al pecar nos alejamos de Él, rompemos la comunión con Él. Para reparar esa ruptura, necesitamos “restaurar” o “expiar”. Por eso, nos confesamos, porque nos reconocemos pecadores; pero nuestra “herida” o pecado, nos deja una marca, una “cicatriz” (la pena temporal del pecado). ¿Qué hacemos para borrarla? Ésta es la tarea de la indulgencia. Sus pasos: 1. Confesar. 2. Comulgar. 3. Rezar por las intenciones del Papa.
Confirman su fe y renuevan su compromiso cristiano de amor y bondad
Cada vez que termina un curso de catequesis de Confirmación, salgo contento, pero con la idea que no ha sido suficiente para estos chicos, es entonces cuando tengo conciencia de que, el que construye es Otro, quizás yo no vea lo que ha ocurrido en algunos de ellos en...