Y esto lo podemos decir, afirmar y vivir porque entramos en el año de manos de Santa María Madre de Dios…nos trae la esperanza, nos trae la alegría, nos trae el Camino por el que recorrer el sendero de nuestra vida y nuestra fe. Nadie nos habría dicho cuántas cosas tendríamos que vivir en este año que dejamos, pero, nosotros, como María, fijados de Dios y de la Estrella que nos ha dejado, Jesús, caminamos seguros en la fe y la esperanza. Queridos hermanos, comenzar un año civil nuevo, sea la ocasión para agradecer lo bueno, corregir nuestro errores y mejorar nuestras caídas. Mi más sincera bendición a todos para este año que comenzamos.

Lo esencial es invisible a los ojos
"Hablar de mí, es abrir las puertas de mi alma para compartir aquello que sostiene mi espíritu, aún en los momentos más oscuros. Es desnudar mis esperanzas y mis certezas, sabiendo que no son perfectas, pero son profundamente mías. En el fondo, un acto de...